jueves, 6 de octubre de 2016

Y así fue el jueves poético en homenaje a José Antonio Labordeta...


Como cada último jueves de mes nos reunimos en la biblioteca del Pirámide para leer acompañados. Esta vez quisimos homenajear a nuestro aragonesísimo José Antonio Labordeta pues fue a finales de un septiembre cuando nos dejó hace ya seis años. Cantamos y recitamos algunos de sus poemas, y aquí os dejamos una muestra de lo que fue...



Versos como besos
Los versos se hacen versos

en los atardeceres del otoño
y en el corazón somnoliento
se abren ríos de luz
y de esperanza.
Es como si todo
volviese a empezar
de manera infinita
y transversal.



VOLVEREMOS A VERNOS EN OTOÑO
Volveremos a vernos en otoño,
cuando los árboles inviten al sosiego
y en los ojos de tantos desolados muchachos y muchachas
crezca la longitud del horizonte.
Nos veremos de nuevo frente al mar
o ante la soledad interminable de este horizonte al que llamamos Monegros
y sobre el que rebusca la infancia tuya y mía abandonadas.
Nos veremos en el cruce orbital de dos caminos
o en el tremendo varadero de las naves aquellas que llevaron a
Colón más allá del oeste.
Nos veremos de nuevo cuando la eternidad sea tan solo un
paisaje cubierto de claveles
surgiendo de la tierra herida

por la mano suavísima de un adolescente.

TU VOZ SIEMPRE TU VOZ
en el cotidiano gesto
de las hojas cayéndose en otoño.
Te pregunto: ¿me recuerdas
aún en mi añoranza?
      Siempre tu voz
en los espejos rotos de mi infancia.


llamándome como cuando de niños
íbamos hasta el río a merendar.
         Te vi oculta en los trigales
secos y duros de mi tierra
abandonando tus lágrimas de adiós
eternamente. Te vi.
Te veo a cotidiano modo
llamándome como nunca lo hiciste
cuando estuviste aquí junto a nosotros.
                           Luego todo se pierde
y la voz de los amantes vecinos
me derrumban tu imagen

perdida en el otoño.

CANCIÓN (ALBADA)
Adiós a los que se quedan
y a los que se van también.
Adiós a Huesca y provincia
a Zaragoza y Teruel.

Esta es la albada del viento
la albada del que se fue
que quiso volver un día
pero eso no pudo ser.

Las albadas de mi tierra
se entonan por la mañana
para animar a las gentes
a comenzar la jornada.

Arriba los compañeros
que ya ha llegado la hora
de tener en nuestras manos
lo que nos quitan de fuera.

Esta albada que yo canto
es una albada guerrera
que lucha porque regresen
los que dejaron su tierra.


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