Si una
noche de invierno un viajero, de Italo
Calvino (I).
La primera
impresión es que hay que estar muy convencido de la valía literaria que uno
tiene cuando construye una novela como esta. La complicidad con el lector, que siempre
es deseable, es aquí máxima, imprescindible. No funcionaría de otro modo.
Pero también he
de reconocer que es así, que Italo Calvino domina su oficio, el oficio de la
literatura. Lo demuestra en todos los capítulos, los que son inicios de novelas
y los que cuentan la trama que sirve de marco narrativo.
En los primeros
manifiesta conocer motivos literarios, orígenes, tradiciones, técnicas,
imaginarios culturales… En los segundos recoge reflexiones acerca de la
literatura entendida como acto de comunicación, de los tipos de lectores, de
las funciones de la literatura… O sea, METALITERATURA.
La huella de
otros autores es evidente: Cervantes es el primero que me viene a la cabeza.
Las historias intercaladas en la primera parte del Quijote, no olvidemos que se leen en voz alta. El libro dentro del libro de
la segunda parte, cuando las hazañas de la primera parte se han hecho
literatura.
Si una noche
de invierno un viajero
Estación de
provincias, viajero anónimo. Maleta. Cafetería o cantina, personajes tópicos.
Conversación del protagonista (primera persona) con Armida, ex del doctor
Marne. Maleta comprada por un desconocido en la tienda de Armida. Llegada del
comisario Gorin, quien manda al protagonista que coja el rápido de las once, so
pena de detenerlo por el asesinato de Jan.
El Lector no
puede continuar la novela porque están impresas solamente las páginas de un
mismo cuadernillo. Va a la librería y conoce a la Lectora. Ambos continúan con
una novela polaca, se intercambian los teléfonos. LA LECTURA COMO COMUNICACIÓN.
El segundo libro tiene las páginas sin cortar. No tiene nada que ver con el
anterior.
Fuera del
poblado de Malbork
Una cocina
regentada por Kudgiwa. El protagonista debe abandonar la casa de Kudgiwa para
ir a otra ciudad. En su lugar llega Ponko. Pelea entre ellos por asuntos de
celos. El protagonista abandona la casa en un coche de caballos. Tema de
filosofía: la otredad.
Tras cortar
con un abrecartas, el Lector descubre que hay dos páginas impresas, dos en
blanco; busca información acerca de los datos geográficos de la novela y
descubre que en realidad es una novela cimeria. Llama a Ludmilla, habla con su
hermana Lotaria, SIGNO DE LOS LECTORES QUE SIEMPRE PRETENDER ANALIZAR LA
NOVELAS PARA EXTRAER LECTURAS: POLÍTICAS, SOCIALES. Al fin habla con la Lectora
y quedan para visitar a un profesor de literatura cimeria, Uzzi-Tuzzi. Una vez
en el centro no encuentra el despacho y sí halla a Irnerio: Me he acostumbrado
tan bien a no leer que ni siquiera leo lo que cae ante mis ojos por casualidad.
No es fácil: nos enseñan a leer desde pequeños y durante toda la vida seguimos
esclavos de todos los chismes escritos que nos ponen delante de los ojos.
Asomándose
desde la abrupta costa
Continúa la
acción en Pëtkwo. A modo de diario. Todos los días el protagonista ve a Zwida
pintando caracolas. El señor Kauderer lo deja en su lugar unos días para anotar
los datos meteorológicos. Dos hombres de negro preguntan por Kauderer. Ve a
Zwida haciendo cola para entrar de visita en la cárcel. Encuentro con Zwida, va
a dibujar a la cárcel de vez en cuando. Quedan en que él le iba a comprar un
rezón. No se lo venden ni un marinero ni el tendero, que piensa que puede
usarse para ayudar a alguien a escapar de la cárcel. Kaudere y el prota se ven
en secreto por la noche en el cementerio; le dice que la policía irá a buscarle
por el asunto del rezón y que no quiere que lo mencione a él. Estando en el
cobertizo meteorológico, ve escondido a un hombre que se ha escapado de la
cárcel y le pide que vaya a un hotel a avisar a una persona.
Vuelta al
despacho de Uzzi-Tuzzi, la novela cimeria que ha leído en voz alta en presencia también de Ludmilla y de
Lotaria, quien dice que la novela continúa pero en cimbro. Ludmilla, el Lector
y ella acuden a un seminario de lectura dirigido por el profesor Galligagni.
Sin temor al
viento y al vértigo
Asunto bélico.
Valeriano, Irina y Ález Zinnober. Triángulo amoroso con condena a muerte de por
medio.
Vuelta al
seminario de lectura. Lotaria les dice que solo es una parte del libro porque
se lo han repartido en grupos de trabajo, que tienen un mes para discutir.
Ludmilla apuesta por una lectura que satisfaga el deseo, el gusto por la
lectura, sin análisis intelectuales. Manda a la editorial a él porque no quiere
saber nada de editoriales y aledaños (paraliteratura), que adulteran el placer
del lector.
En la
editorial conoce a Cavedagna, LECTOR IDEAL EN SU NIÑEZ Y CON ILUSIÓN POR SERLO
EN SU VEJEZ, PERO ATRAPADO LABORALMENTE. Se entera por él de que todo se inicia
con un falso políglota que se hace traductor de una obra en cimbro: Ermes
Marana. Al fin le muestra el inicio de una obra francesa que no se corresponde
con las anteriores. INTERESANTE AFIRMACIÓN SOBRE LA AUTORÍA, LAS OBRAS Y EL
PASO DEL TIEMPO:
“¿Qué importa
el nombre del autor en la portada? Trasladémonos con el pensamiento a tres mil
años de aquí. Quién sabe qué libros se habrán salvado de nuestra época, y de
quién sabe qué autores se recordará aún el nombre. Habrá libros que seguirán
siendo famosos, pero que serán considerados obras anónimas, como para nosotros
la epopeya de Gilgamesh; habrá autores cuyo nombre será siempre famoso, pero de
los que no quedará ninguna obra, como sucedió con Sócrates; o quizá todos los
libros supervivientes se atribuirán a un único autor misterioso, como Homero”.
Mira hacia
abajo donde la penumbra se adensa
Comienza con un
cadáver (Jojo), tono sarcástico en la narración de cómo meterlo en un saco.
Incluidos los pedos que hacen reír al policía. Bernardette y el protagonista
(un tal Ruedi el Suizo) han matado a Jojo. El protagonista tiene muhas
historias que contar, rememora algunas a medias. A Jojo lo ha matado por un
pasado común. Final en el ascensor, unos hombres que conocen a Bernardette
sacan un zapato del saco.
Volvemos a la
editorial y Cavedagna le entrega un dosier con cartas y papeles de Ermes
Marana. Ahí ve varias cartas datadas en Cerro Negro (Sudamérica); Marana había
propuesto en una de sus cartas la novela de Silas Flannery “En una red de
líneas que se entrelazan”.
En otra carta
habla del Padre de los relatos, fuente universal de la materia narrativa, según
unos; un vidente consumidor de hongos alucinógenos, según otros. Hay unos
terceros que lo consideran la reencarnación de Homero, del autor de Las mil y
una noches, a Dumas y Joyce a la vez.
Una tercera
carta de Nueva York le revela que el manuscrito de Flannery fue arrebatado de
sus manos por un ataque de APO (Organización del Poder Apócrifo). En la odisea
del manuscrito de Flannery, hay intereses mercantiles, inmobiliarios,
políticos. El dictador africano le pide a cambio del manuscrito que escriba una
obra de ensalzamiento de su persona como justificación de su dictadura.
Surge otro
contratiempo: Marana es obligado por un sultán a traducir para la sultana la
novela que ella también recibió incompleta, “Mira hacia abajo…” Marana le
propone al sultán una estratagema inspirada en la tradición literaria de Las
mil y una noches.
Identificación
de Ludmilla con la sultana, con la lectora del avión a la que atan a una
máquina de redactar novelas o la
lectora de la tumbona de la playa frente a Flannery.
En una red de
líneas que se entrelazan
Un hombre y el
sonido de un teléfono, elucubraciones. El hombre es profesor universitario y
suele hacer jogging antes de sus clases. Durante una de sus salidas, se mete en
una casa en la que nadie coge el teléfono. Instrucciones sencillas: Marjorie
atada, 115, Hillside Drive. O la salva ante de media hora o morirá quemada. Se
trata de una alumna suya con la que tuvo un malentendido; cuando la libera,
ella lo insulta (bastardo).
En el café
donde han quedado recibe una llamada de Ludmilla invitándola a esperarla en su
casa. Una vez allí observa la estancia y entra Irnerio. El Lector descubre que
Ludmilla tuvo relación con Ermes y guarda sus cosas. Conversan él y ella. EL
ACTO AMOROSO COMO METÁFORA DEL ACTO DE LECTURA. El libro que el Lector creía
idéntico a Una red… no es el mismo, cambia el título.
En una red de
líneas que se entrecruzan
Un hombre de
negocios con gran interés en los caleidoscopios, instrumentos ópticos y
espejos, vive con temor a ser secuestrado y vive varias vidas con dobles.
Lorna, su amante; Elfrida, su mujer. Al final a causa de un contraplán es
secuestrado y encerrado en la galería de espejos de su propia casa. Su amante
está amordazada y su mujer, pistola en mano, le pregunta cómo salir de ahí.
[Del diario
de Sinas Flannery]
Anotaciones
sobre la lectora en la tumbona, que lee lo que él escribe. Anotaciones sobre el
arte de escribir: el autor ideal, el material ideal, el lector como vampiro.
Proyecto de relato: dos escritores que se espían. El productivo y el
atormentado, envidias mutuas. La lectora de la tumbona lee las dos obras que
son la misma, o las cambia, o las mezcla…
Recuerda
Flannery que Ermes le dio noticia sobre un falsificador japonés de sus obras.
Interesante comentario acerca de lo que las teorías dicen (página 95): “Veo que
mi obra le sirve perfectamente para demostrar sus teorías, y esto es
ciertamente un hecho positivo, para las novelas o para las teorías, no lo sé
[…] esta Lotaria los ha leído concienzudamente, pero creo que los ha leído para
encontrar en ellos algo de lo que ya estaba convencida antes de leerlos.”
Lotaria le
confiesa que su interés por él se debe a su hermana, lectora pasiva. Flannery
piensa en Ludmilla como su lectora ideal. Experimento analítico de Lotaria:
número de aparición de palabras en una novela.
Se presenta
Ludmilla, quien pretende que los escritores escriban novelas “como una planta
de calabazas hace calabazas” (CREACIONISMO). Existencia extrínseca de la
literatura: las historias están ahí, hace falta una mano que las escriba.
Aparece el
Lector sentado en una roca leyendo en sustitución de la lectora de la tumbona,
que ha desaparecido. Flannery manda a los boys scout a buscar ese libro. El
Lector llega a casa de Flannery y este le da la traducción inglesa de una
novela japonesa anterior. El capítulo se cierra con la confesión de Flannery de
su interés por hacer una novela como la que estamos leyendo.
Sobre la
alfombra de hojas iluminadas por la luna
El señor Okeda,
su mujer y su hija junto al protagonista en un paisaje típicamente japonés.
Tensión sexual entre el discípulo y las mujeres. Novela erótica: sexo con la
señora, voyeurismo de padre e hija.
El lector va
en avión con el ejemplar japonés; se lo secuestran por ser libro prohibido en
Ataguitania. Otra pasajera (Corinna) le da un ejemplar cuyo título no es el
mismo; lo justifica diciéndole que las portadas falsas son la única manera de
entrar libros prohibidos en el país. El libro no es el mismo. Corinna-Gertrude-Ingrid,
el lector y el chófer son secuestrados. La policía le pide al Lector que juzgue
si el libro “En torno a una fosa vacía” ha de prohibirse. Otra cara de Corinna,
Sheila. Hacen el amor.
En torno a
una fosa vacía
Un padre
moribundo encarga un viaje a su hijo de 16 años a Oquedal (Comala de Pedro Páramo). Indios, blancos; amos
criados; bastardos, enigmas… (novela del realismo mágico).
Continuando
con la misión encomendada en Ataguitania, llega a Ircania. El papel de los
libros en los regímenes políticos. El autor de la novela que puede ser
continuación de “En torno a…” (Anatoly Anatolin) es detenido cuando entregaba
el manuscrito.
¿Cuál
historia espera su fin allá abajo?
Un hombre borra
el mundo con la intención de dejar solo a Franziska.
En una
biblioteca el Lector ve que los diez libros incompletos constan en el catálogo.
Sin embargo, por razones varias, no se los pueden prestar.
Diálogo con
otros lectores en la biblioteca:
• el
que solo lee unas líneas y lo demás corre de su imaginación.
• el
que lee y relee tratando de hallar descubrimientos nuevos.
• el
que relee pero no encuentra lo mismo que en lecturas anteriores. EL OBJETO DE
LA LITERATURA ES ELLA MISMA.
• el
que lee porque cada libro se suma a su libro general.
• el
que lee para hallar el libro de su infancia.
• el
que sólo con el título se satisface. LA PROMESA DE LA LECTURA ES MÁS FUERTE QUE
LA LECTURA EN SÍ.
• el
que lee pensando siempre en el final.
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