sábado, 5 de febrero de 2011

Rutas Machadianas







RUTAS

MACHADIANAS

“Ligeros de equipaje”

El año 2007 se celebraba el centenario de la llegada de Antonio Machado a Soria. Esta ciudad se volcó en el acontecimiento y los actos y convocatorias se extendieron como la pólvora. Entre ellos, la gira que darían Serrat y Sabina con su espectáculo “Dos pájaros de un tiro”. Esta llama encendió la mecha entre algunos profesores y profesoras del IES Pirámide y nos lanzamos a organizar lo que dimos en llamar “Rutas Machadianas”, emulando los viajes literarios de los que Benjamín Prado hablaba en su obra sobre Alberti “A la sombra del Ángel”.











Soria, Collioure, Segovia y Madrid fueron los primeros destinos.

Encontramos una Soria absolutamente machadiana: todas sus calles, y hasta los adornos navideños, eran poemas o imágenes del poeta sevillano que mejor cantó a los campos de Castilla. Visitamos la tumba de Leonor y nos acercamos a ver las mansas aguas del Duero en su curva de ballesta. La magnífica exposición sobre Las Misiones Pedagógicas nos esperaba con los brazos abiertos y pudimos escuchar en el aula dedicada a Machado parte de su vida,de la mano del director del IES Antonio Machado.

En el camino de ida habíamos parado a visitar el Monasterio de Veruela, donde viviera durante un tiempo el también poeta Gustavo Adolfo Bécquer. Sobre las ruinas de la cruz del exterior, Carlos Castán se preguntaba si volverían las oscuras golondrinas.

En el autobús, las canciones de Serrat poniendo música a los poemas machadianos y películas sobre la República y la Guerra Civil.

Al llegar a Huesca, no cabía ninguna duda de que nuestras rutas no habían hecho más que comenzar.





Después fuimos a Collioure, donde se encuentra la tumba de Machado. Paramos en el Memorial dedicado al filósofo Walter Benjamin, muerto en Pourt Bou, cuando huía de la Gestapo durante las persecuciones nazis de la 2ª Guerra Mundial.

El autobús nos llevó por el mismo recorrido que hicieron el medio millón de españoles republicanos que huyeron hacia la frontera francesa al perder la Guerra Civil. Entre ellos iba Machado y parte de su familia: al llegar a Collioure, su corazón ya no pudo continuar latiendo más. Allí murió y allí fue enterrado: su tumba está permanentemente visitada y es raro que no haya alguna flor roja sobre ella.

También visitamos las playas de Argèles-sur-mer y el memorial erigido en memoria de los republicanos españoles muertos en ellas. El libro de Jordi Soler, “Rojos de ultramar”, quien había visitado nuestra biblioteca para hablarnos del mismo, hablaba de aquellas playas y en ellas leímos algún pasaje que nos heló el corazón, mientras el viento nos helaba el cuerpo.

A la vuelta, con “Soldados de Salamina” en el vídeo, visitamos Gerona, escenario de algunas de las secuencias de la película de David Trueba.

Ese mismo año, cuatro alumnas de 2º de bachillerato, Sandra Blasco (de Humanidades) y Raquel López, María Tesa y (del Tecnológico), machadianas profundas, se embarcaron junto con la profesora Ana Allué en la aventura de realizar el viaje que todos los años organiza la Amical de Mathausen al campo de concentración, con motivo de la liberación del campo al finalizar la 2ª Guerra Mundial. Su experiencia quedó grabada en sus corazones para siempre y nos lo contaron en el documental 186,5 : muchas horas de estudio, de aprendizaje audiovisual, de conversaciones, de contacto con otras expertas como Montse Armengou, a quien entrevistaron durante la Muestra de cine realizado por Mujeres en la que presentó su documental sobre las mujeres que fueron deportadas al campo de Ravensbruck, colindante con el de Mathausen. Montse Armengou es autora del libro y del documental “Los niños perdidos del franquismo”, obras que inspiraron el “Mala gente que camina”, de Benjamín Prado.

Y tras Collioure, Segovia y Madrid, dos ciudades donde vivió Machado en diferentes momentos de su vida.

Otra ruta nos llevó a Salamanca, ciudad de cuya universidad fuera rector el filósofo y pensador vasco Miguel de Unamuno, gran amigo de Antonio Machado, por quien éste estudiaría filosofía. Sus pensamientos filosóficos quedarían recogidos bajo el heterónimo de Juan de Mairena.

Pero Salamanca es también la ciudad de Carmen Martín Gaite, a quien leían nuestros alumnos y alumnas de 2º de bachillerato, por lo que pronto se convirtió en cita inexcusable de nuestras rutas. Escritora también ella de algunos poemas poco conocidos y vinculada a algunos de los referentes madrileños con claro sello machadiano.

En dos ocasiones más se ha realizado la Ruta a Segovia y Madrid, acompañados en estas ocasiones además de por Serrat y Sabina, también por el concierto de Labordeta acompañado de La Bullonera y Joaquín Carbonell. Muchos machadianos lloramos el pasado diciembre la muerte de Labordeta, “con quien tanto queríamos”.

Y, siempre, en estos viajes, los libros nos han acompañado. “Las maletas viajeras” como emulación de aquellas Misiones pedagógicas que quisieron llevar lo mejor de la cultura de nuestro país (los cuadros del Prado, los poemas de Machado o el teatro de Lorca) a todos los rincones de nuestro mundo rural, subidos a lomos de burros y con los trajes de señoritos de ciudad chirriando entre las ropas más sencillas de las aldeas. Los títulos imprescindibles, “Ligero de equipaje”, la impresionante biografía de Machado que publicó Ian Gibson con motivo del centenario y Campos de Castilla, de Machado.

Un aire poético nos hechizó y aún perdura en nuestro interior.

Durante este curso están previstas dos nuevas rutas:

Segovia-Madrid: 17,18 y 19 de marzo. Viajarán alumnos y alumnas de 2º de bachillerato.

Collioure-Argèles-sur-mer: 7,8 y 9 de abril. Viajarán alumnas y alumnos de 1º de bachillerato.

No son muchos ni muchas quienes pueden decirlo, pero algunas alumnas tuvieron la suerte de poder realizar las tres primeras Rutas Machadianas (Soria, Collioure y Segovia-Madrid).

Los profesores y profesoras acompañantes han sido de diferentes departamentos: Olga Alastruey (francés), Javier Arasanz y Jesús Inglada (historia), Ana Allué (departamento de Orientación y Residencia), Isabel Cortijo (lengua), Pilar Mayoral ( economía), Manolo González (plástica), Carlos Castán, Jesús Viñuales y Charo Ochoa (filosofía). Todos ellos cantaron el himno como buenos machadianos:






Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.


I

Nunca perseguí la gloria,

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles

como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse

de sol y grana, volar

bajo el cielo azul, temblar

súbitamente y quebrarse.


XXIX

Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

sino estelas en la mar.


El resto de las estrofas pertenece a Serrat, pero se incluyen en ellas los dos versos de Machado antes mencionados (aquí en letra cursiva).


Hace algún tiempo, en ese lugar

donde hoy los bosques se visten de espinos,

se oyó la voz de un poeta gritar:

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar,

golpe a golpe, verso a verso.


Murió el poeta lejos del hogar,

le cubre el polvo de un país vecino.

Al alejarse le vieron llorar,

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar,

golpe a golpe, verso a verso.


Cuando el jilguero no puede cantar,

cuando el poeta es un peregrino,

cuando de nada nos sirve rezar,

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar,

golpe a golpe, verso a verso.

















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