martes, 22 de diciembre de 2015

NIEVE: ÚLTIMO JUEVES POÉTICO DEL 2015


Para despedir los jueves poéticos de este 2015  nada mejor que dedicar la última sesión a la nieve y al invierno. Aquí os dejamos algunas fotos del encuentro poético.









domingo, 13 de diciembre de 2015

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "La biblioteca de Ismara", de Javier Ibarz, con presencia del autor.

La biblioteca de Ismara
El viernes 11 de diciembre, Javier L. Ibarz estuvo en nuestra biblioteca presentando su primera novela juvenil, La biblioteca de Ismara. Esta presentación tenía connotaciones algo especiales, pues hay una Clara en su familia y que de alguna manera inspira al personaje de la novela, que estudió en el IES Pirámide hace unos años. Ahora Clara es ya escritora y ya no tiene quince años. Entre los alumnos y alumnas afortunados que se encontraron con este regalo sin "comerlo ni beberlo", estuvo uno de los sobrinos del autor, Hugo Castán. Abajo, una sinopsis del libro y una breve semblanza del autor y, después, fotos de la presentación en el altillo de nuestra biblioteca. 

La presentación fue muy dinámica, ya que los alumnos tenían que rellenar un cuestionario y luego se sortearon sendos libros entre quienes más preguntas habían acertado. Se nota la cara de felicidad de los agraciados.

Lo mejor de todo es que tenemos ejemplares de la novela para que podáis conocer los misterios de esta biblioteca de Ismara.




Clara tiene quince años y su vida se desmorona al perder a toda su familia en un terrible accidente de tráfico.
Un misterioso hombre, salido de no se sabe dónde, aparece afirmando ser su tío con la intención de hacerse cargo de ella.
Al mismo tiempo unos salvajes asesinatos asolan su instituto.
¿Qué hacer si sospecha que ese supuesto pariente está involucrado?
¿Y cuando descubre que es ella misma la que está relacionada con los sucesos?
¿Y si además se convierte en el objetivo de una siniestra Hermandad?
Empieza así una frenética aventura que nos llevará de Madrid a Francia y desde una pequeña ciudad al pie de los Pirineos al mundo secreto de las ciudades perdidas de los alquimistas.
Un camino de iniciación y conocimiento repleto de peligros y sorpresas que llevará a Clara a descubrir los secretos ancestrales que rodean a su linaje familiar, a aprender la ciencia oculta de la Alquimia y a verse involucrada en una guerra milenaria sin cuartel.
Javier L. Ibarz    
Nacido en Zaidín (Huesca) en 1968, residente en Huesca capital hasta 1992, Javier L. Ibarz lleva más de veinte años viviendo en Madrid. Actor, cantante, guionista, escritor, adaptador, compositor… ha formado parte de algunos de los musicales más exitosos de la cartelera nacional, como Los miserables,El hombre de la Mancha o My Fair Lady, y de multitud de zarzuelas, óperas y obras de teatro. Ha adaptado al castellano el drama Ocho mujeres y las canciones de Zorba el griegoHairsprayGolfus de Roma… De 2004 a 2008 fue director de creatividad y contenidos de Micrópolix y ha trabajado como guionista para BRB Internacional, Mikado Media, New Atlantis o el Grupo Ganga. La biblioteca de Ismara es su primera novela.






































10 DE DICIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Durante los dos recreos de 10, 10 y de 11,10 hubo actuaciones en el vestíbulo a cargo de grupos de alumnos y alumnas que cantaron, bailaron, tocaron y leyeron por los Derechos Humanos.
El día 11, Natalia Aventín, antigua alumna del centro y su hija, Martina, alumna actual de bachillerato, nos dieron una interesantísima charla sobre qué significa formar parte de una familia con un menor transexual. Más abajo, una foto de ambas durante la charla que se dio a todos los grupos de bachillerato de Ciudadanía.
Por último, os dejo el texto de Galeano que leyó Clara Puha, presentadora del acto durante el segundo recreo. 
Aquí tenéis algunas fotos del día y la canción  que bailaron 4º de la ESA y la que cantaron algunos  alumnos y alumnas de 2º de bachillerato.








https://youtu.be/AM7VQAM_7lk







El día 11, Natalia Aventín, antigua alumna del centro y su hija, Martina, alumna actual de bachillerato, nos dieron una interesantísima charla sobre qué significa formar parte de una familia con un menor transexual. Más abajo, una foto de ambas durante la charla que se dio a todos los grupos de bachillerato de Ciudadanía.






Por último, os dejo el texto de Galeano que leyó Clara Puha, presentadora del acto durante el segundo recreo. 



http://amnistiacatalunya.org/edu/2/global/glob-galeano2.html

Ni derechos ni humanos


 Por Eduardo Galeano
Si la maquinaria militar no mata, se oxida. El presidente del planeta anda paseando el dedo por los mapas, a ver sobre qué país caerán las próximas bombas. Ha sido un éxito la guerra de Afganistán, que castigó a los castigados y mató a los muertos; y ya se necesitan enemigos nuevos.
Pero nada tienen de nuevo las banderas: la voluntad de Dios, la amenaza terrorista y los derechos humanos. Tengo la impresión de que George W. Bush no es exactamente el tipo de traductor que Dios elegiría, si tuviera algo que decirnos; y el peligro terrorista resulta cada vez menos convincente como coartada del terrorismo militar. ¿Y los derechos humanos? ¿Seguirán siendo pretextos útiles para quienes los hacen puré?

***

Hace más de medio siglo que las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y no hay documento internacional más citado y elogiado.
No es por criticar, pero a esta altura me parece evidente que a la Declaración le falta mucho más que lo que tiene. Por ejemplo, allí no figura el más elemental de los derechos, el derecho a respirar, que se ha hecho impracticable en este mundo donde los pájaros tosen. Ni figura el derecho a caminar, que ya ha pasado a la categoría de hazaña ahora que sólo quedan dos clases de peatones, los rápidos y los muertos. Y tampoco figura el derecho a la indignación, que es lo menos que la dignidad humana puede exigir cuando se la condena a ser indigna, ni el derecho a luchar por otro mundo posible cuando se ha hecho imposible el mundo tal cual es.
En los treinta artículos de la Declaración, la palabra libertad es la que más se repite. La libertad de trabajar, ganar un salario justo y fundar sindicatos, pongamos por caso, está garantizada en el artículo 23. Pero son cada vez más los trabajadores que no tienen, hoy por hoy, ni siquiera la libertad de elegir la salsa con la que serán comidos. Los empleos duran menos que un suspiro, y el miedo obliga a callar y obedecer: salarios más bajos, horarios más largos, y a olvidarse de las vacaciones pagas, la jubilación y la asistencia social y demás derechos que todos tenemos, según aseguran los artículos 22, 24 y 25. Las instituciones financieras internacionales, las Chicas Superpoderosas del mundo contemporáneo, imponen la “flexibilidad laboral”, eufemismo que designa el entierro de dos siglos de conquistas obreras. Y las grandes empresas multinacionales exigen acuerdos “union free”, libres de sindicatos, en los países que entre sí compiten ofreciendo mano de obra más sumisa y barata. “Nadie será sometido a esclavitud ni a servidumbre en cualquier forma”, advierte el artículo 4. Menos mal.
No figura en la lista el derecho humano a disfrutar de los bienes naturales, tierra, agua, aire, y a defenderlos ante cualquier amenaza. Tampoco figura el suicida derecho al exterminio de la naturaleza, que por cierto ejercitan, y con entusiasmo, los países que se han comprado el planeta y lo están devorando. Los demás países pagan la cuenta. Los años noventa fueron bautizados por las Naciones Unidas con un nombre dictado por el humor negro: Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales. Nunca el mundo ha sufrido tantas calamidades, inundaciones, sequías, huracanes, clima enloquecido, en tan poco tiempo. ¿Desastres “naturales”? En un mundo que tiene la costumbre de condenar a las víctimas, la naturaleza tiene la culpa de los crímenes que contra ella se cometen.
“Todos tenemos derecho a transitar libremente”, afirma el artículo 13. Entrar, es otra cosa. Las puertas de los países ricos se cierran en las narices de los millones de fugitivos que peregrinan del sur al norte, y del este al oeste, huyendo de los cultivos aniquilados, los ríos envenenados, los bosques arrasados, los precios arruinados, los salarios enanizados. Unos cuantos mueren en el intento, pero otros consiguencolarse por debajo de la puerta. Una vez adentro, en el paraíso prometido, ellos son los menos libres y los menos iguales.
“Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, dice el artículo 1. Que nacen, puede ser; pero a los pocos minutos se hace el aparte. El artículo 28 establece que “todos tenemos derecho a un justo orden social e internacional”. Las mismas Naciones Unidas nos informan, en sus estadísticas, que cuanto más progresa el progreso, menos justo resulta. El reparto de los panes y los peces es mucho más injusto en Estados Unidos o en Gran Bretaña que en Bangladesh o Ruanda. Y en el orden internacional, también los numeritos de las Naciones Unidas revelan que diez personas poseen más riqueza que toda la riqueza que producen 54 países sumados. Las dos terceras partes de la humanidad sobreviven con menos de dos dólares diarios, y la brecha entre los que tienen y los que necesitan se ha triplicado desde que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Crece la desigualdad, y para salvaguardarla crecen los gastos militares. Obscenas fortunas alimentan la fiebre guerrera y promueven la invención de demonios destinados a justificarla. El artículo 11 nos cuenta que “toda persona es inocente mientras no se pruebe lo contrario”. Tal como marchan las cosas, de aquí a poco será culpable de terrorismo toda persona que no camine de rodillas, aunque se pruebe lo contrario.
La economía de guerra multiplica la prosperidad de los prósperos y cumple funciones de intimidación y castigo. Y a la vez irradia sobre el mundo una cultura militar que sacraliza la violencia ejercida contra la gente “diferente”, que el racismo reduce a la categoría de sub-gente. “Nadie podrá ser discriminado por su sexo, raza, religión o cualquier otra condición”, advierte el artículo 2, pero las nuevas superproducciones de Hollywood, dictadas por el Pentágono para glorificar las aventuras imperiales, predican un racismo clamoroso que hereda las peores tradiciones del cine. Y no sólo del cine. En estos días, por pura casualidad, cayó en mis manos una revista de las Naciones Unidas de noviembre del 86, edición en inglés del Correo de la Unesco. Allí me enteré de que un antiguo cosmógrafo había escrito que los indígenas de las Américas tenían la piel azul y la cabeza cuadrada. Se llamaba, créase o no, John of Hollywood.

***

La Declaración proclama, la realidad traiciona. “Nadie podrá suprimir ninguno de estos derechos”, asegura el artículo 30, pero hay alguien que bien podría comentar: “¿No ve que puedo?” Alguien, o sea: el sistema universal de poder, siempre acompañado por el miedo que difunde y la resignación que impone.
Según el presidente Bush, los enemigos de la humanidad son Irak, Irán y Corea del Norte, principales candidatos para sus próximos ejercicios de tiro al blanco. Supongo que él ha llegado a esa conclusión al cabo de profundas meditaciones, pero su certeza absoluta me parece, por lo menos, digna de duda. Y el derecho a la duda es también un derecho humano, al fin y al cabo, aunque no lo mencione la Declaración de las Naciones Unidas.

(Leído en Neuquén, el martes 26, cuando Galeano recibió el doctorado honoris causa de la Universidad del Comahue por su contribución a los derechos humanos y a la identidad cultural.)





TRABAJANDO COOPERATIVAMENTE EN LA BIBLIOTECA SOBRE DERECHOS HUMANOS Y PREVENCIÓN DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Durante las semanas del mes de noviembre, todos los grupos de la ESO y Bachillerato,  han estado realizando diversas actividades relacionadas con la Prevención de la violencia, la igualdad y diversidad de género, la transexualidad y  los derechos humanos. Algunos grupos han acudido a la biblioteca para buscar información y elaborar los carteles que se han ido colgando en los pasillos de las aulas durante la semana de los Derechos Humanos.
Las fotos de abajo corresponden a grupos de 3º de la ESO durante la clase de Ciudadanía y 4º de la ESO durante la clase de Ética.