jueves, 27 de noviembre de 2014

27 de noviembre. Nuevo jueves poético

De nuevo no hemos reunido un jueves para disfrutar de la música y la poesía. Este mes de noviembre se han cumplido 25 años de la caída del muro de Berlín, el 25 de noviembre fue el Día Internacional contra la Violencia de Género... Estos y otros temas han estado presentes en esta cita poética.












En esta ocasión contamos con Fernando Guaza a la guitarra, Charo Ochoa como voz y "princesa" y Fernando Salamero como juglar. Aquí podéis ver una pequeñísima muestra:




Si os ha gustado, os esperamos en el próximo jueves poético :)

sábado, 22 de noviembre de 2014

Hay un famoso poema de Lorca que ha sido versionado por varios artistas: Pequeño vals vienés. Os dejamos aquí la versión de Enrique Morente. Disfrutad de la letra y de la música.




domingo, 9 de noviembre de 2014

Excursión a Ainielle

Este fin de semana un grupo de intrépidos profesores cogimos la mochila y nos fuimos de excursión a Ainielle de la mano del humilde sabio Enrique Satué. Situado en el norte de Huesca, es uno de tantos pueblos que fueron abandonados. Hoy la vegetación oculta los restos de las casas. 
Ainielle se hizo célebre por la novela de Julio Llamazares La lluvia amarilla, quien lo descubrió gracias al libro El Pirineo abandonado de Enrique Satué.


Recomendación para los lectores: La lluvia amarilla de Julio Llamazares
                                                       El Pirineo abandonado de Enrique Satué
                                                      Ainielle, la memoria amarilla de Enrique Satué

lunes, 3 de noviembre de 2014



Seguimos con poesía y canciones, estos días de lluvia y amarillos y rojos y viento...días de recuerdo de los que ya se fueron, de los que perdimos y, sin embargo, siguen con nosotros gracias, precisamente, a que los recordamos cada día...

http://youtu.be/c0vRPkmLoCc


Y tendrá tus ojos
(José Antonio Labordeta)

Vendrá el otoño y tendrá tus ojos
tus ojos dulces de esos atardeceres
en que la mar se siente estremecida
por el sabor a párpado del cielo;
vendrá el otoño y tendrá tus ojos.

Vendrá el invierno y tendrá tus labios
los labios tenues que besan con asombro
la nieve hermosa que cubre las praderas
como cansinos pájaros de hielo;
vendrá el invierno y tendrá tus labios.

La primavera será como tu cuerpo
cubierto siempre de árboles y nidos,
de mansos lagos y besos detenidos
contra las noches de estrellas y de ríos;
la primavera será como tu cuerpo.

Vendrá el estío y tendrá tus manos,
tus manos llenas de risas y de olvidos
para cruzar con ellas y contigo
la eternidad por la que hemos crecido;
vendrá el estío y tendrá tus manos



(José Antonio Labordeta)
Y en las hermosas luces del otoño
oigo tu voz de nuevo compañera
agrietando los riscos y los valles
para seguir andando hacia delante
con la esperanza tenue de las lluvias.

Amarillea todo
hasta ese cielo azul que nos cobija
cuando octubre y noviembre
se desgranan despacio por la tierra.

Amarillea todo
hasta esos pájaros que huyen
de las primeras voces
de la niebla.

Amarillea todo
hasta ese buen cansancio
que el camino produce
en la vereda.

Y a orillas de las huertas
como mensajes póstumos del hombre
se alzan piras de humo
y de silencio.

Sobre la tarde quieta
con los cierzos parados al oeste
sube desde la tierra
un vaho tranquilo
que lo emborrona todo.

Y es precisamente,
en esos días
cuando más te enternezco tierra mía,
tierra de mil colores
a la que un día
dejaré que me abraces
y me duermas
sobre tu seno hondo
bajo el otoño dulce que te anida.



Pedro Guerra ( A veces, en Octubre, es lo que pasa (La palabra en el aire)

http://youtu.be/ZvpZb3U1vd0

Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;

cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian de paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como susurros que dispersa el viento;

entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:

esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.

No busquéis el motivo en vuestros corazones.
Tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.


Poema 6

http://youtu.be/RQ7Vva0TH6M

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Lee todo en: Poema VI de Pablo Neruda - Te recuerdo como eras en el último otoño... http://www.poemas-del-alma.com/poema-6.htm#ixzz3H04g30nY



Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.

Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados
sobre los campos, llueve.

Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.

Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.

Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.

Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados...

Fuente: musica.com
Letra añadida por sainna


Joan Manuel Serrat

http://youtu.be/lr7YxVpzaxc







Durante la presente semana continuamos con las actividades de Formación de usuarios para 1º de la ESO. Hoy les ha tocado a 1º ESD, cuya tutora es Pilar Sampériz y se han llevado el premio al grupo más silencioso hasta ahora. Aquí les vemos realizando la actividad.






















Como os decíamos en la entrada anterior, el pasado jueves 30 de octubre realizamos el primer Jueves Poético del curso del que os dejamos más fotos para que veáis que no estábamos solos. Comprobaréis que algunos ya venían preparados para Halloween...










domingo, 2 de noviembre de 2014

El pasado Jueves 30 de octubre tuvo lugar nuestro primer "Jueves poético" del curso 2014-2105 y, para ser el primero, empezamos a lo grande: 


Como siempre, alumnos y alumnas de Educación Especial nos trajeron sus poemas listos para ser leídos.



Emiliano de Marta, nuestro compañero de administración, nos recitó el larguísimo y bellísimo poema de La profecía, de Rafael de León. Lo copiamos abajo.




Ricardo Constante (profesor de Educación Física y músico) e Iñaki Ursua (trabajador de Mantenimiento y músico), interpretaron varias canciones basadas en letras de grandes poetas: Cantares de Machado o El dinero, de Quevedo.

Sara, la más espontánea de la jornada, se lanzó a leernos el poema que acababa de escribir esa misma mañana. ¡Más fresco,imposible!

Una panorámica de nuestro altillo de la biblioteca, abarrotado de público bien joven. Al fondo, Jose Luis Urós y Montse Ondo, leyendo un poema a dos voces o a dos manos, como queráis.


Algunos poemas:



Profecía

Me lo dijeron ayer
las lenguas de doble filo,
que te casaste hace un mes...
Y me quedé tan tranquilo.
Otro cualquiera, en mi caso,
se hubiera echado a llorar;
yo, cruzándome de brazos,
dije que me daba igual.
Nada de pegarme un tiro,
ni de enredarme a maldiciones,
ni de apedrear con suspiros
los vidrios de tus balcones.
¿Que te has casado? ¡Buena suerte!
Vive cien años contenta
y a la hora de la muerte
Dios no te lo tenga en cuenta.
Que si al pie de los altares
mi nombre se te borró,
por la gloria de mi madre
que no te guardo rencor.
Porque sin ser tu marido
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy quien más te ha querido:
¡con eso tienes bastante!
-- ¿Qué tiene el niño, Malena?
Anda como trastornado;
le encuentro cara de pena
y el colorcillo quebrao.
Y ya no juega a la tropa,
ni tira piedras al río,
ni se destroza la ropa
subiéndose a coger nidos.
¿No te parece a ti extraño?
¿No es una cosa muy rara
que un chaval con doce años
lleve tan triste la cara?
Mira que soy perro viejo,
y estás demasiado tranquila.
¿Quieres que te dé un consejo?
Vigila, mujer, vigila...
Y fueron dos centinelas
los ojillos de mi madre.
-- Cuando sale de la escuela
se va pa los olivares.
-- ¿Y qué busca allí?
-- Una niña:
tendrá el mismo tiempo que él.
José Miguel no le riñas,
que está empezando a querer.
Mi padre encendió un pitillo,
se enteró bien de tu nombre,
y te compró unos zarcillos,
y a mí, un pantalón de hombre.
Yo no te dije "te adoro",
pero amarré a tu balcón
mi lazo de seda y oro
de primera comunión.
Y tú, fina y orgullosa,
me ofreciste en recompensa
dos cintas color de rosa
que engalanaban tus trenzas.
-- Voy a misa con mis primos.
-- Bueno; te veré en la ermita.
¡Y qué serios nos pusimos
al darnos agua bendita!
Mas, luego, en el campanario,
cuando rompimos a hablar:
dice mi tí Rosario
que la cigüeña es sagrá...
Y el colorín y la fuente,
y las flores, y el rocío,
y aquel torito valiente
que está bebiendo en el río.
Y el bronce de esta campana,
y el romero de los montes,
y aquella raya lejana
que le llaman horizonte.
¡Todo es sagrao! Tierra y cielo,
porque too lo hizo Dios.
-- ¿Qué te gusta más?
-- Tu pelo.
¡Qué bonito le salió!
Pues, y tu boca, y tus brazos,
y tus manos redonditas,
y tus pies, fingiendo el paso
de las palomas zuritas.
Con la blancura de un copo
de nieve te comparé.
Te revestí de piropos
de la cabeza a los pies.
A la vuelta te hice un ramo
de pitiminí precioso,
y luego nos retratamos
en el agüita del pozo.
Y hablando de estas pamplinas
que inventan las criaturas,
llegamos hasta la esquina
cogidos de la cintura.
Yo te pregunté:
-- ¿En qué piensas?
Tú dijiste:
-- En darte un beso.
Y yo sentí una vergüenza
que me caló hasta los huesos.
De noche, muertos de luna,
nos vimos en la ventana.
-- Mi hermanito está en la cuna;
le estoy cantando la nana.
"Quítate de la esquina,
chiquito loco,
que mi padre no te quiere
ni yo tampoco".
Y mientras que tú cantabas,
yo inocente, me pensé
que la nana nos casaba
como a marido y mujer.
¡Pamplinas, figuraciones
que se inventan los chavales!
Después la vida se impone:
tanto tienes, tanto vales...
Por eso yo, al enterarme
que estabas un mes casá,
no dije que iba a matarme
sino... ¡que me daba igual!
Mas, como es rico tu dueño,
te brindo esta profecía;
tú, cada noche, entre sueños,
soñarás que me querías,
y recordarás la tarde
que tu boca me besó
y te llamarás ¡cobarde!
como te lo llamo yo.
Y verás, sueña, que sueña,
que me morí siendo chico
y se llevó una cigüeña
mi corazón en el pico...
Pensarás: No es cierto nada;
yo sé que lo estoy soñando.
Pero allá a la madrugada
te despertarás llorando
por el que no es tu marío
ni tu novio, ni tu amante,
sino... ¡el que más te ha querío!
¡Con eso tienes bastante! 

Rafael de León