martes, 31 de mayo de 2011

Disertaciones III: El amor


¡El amor!

¿El amor sólo es amor?

Querida Charo:

Durante estas semanas me he estado informando sobre los sentimientos, más concretamente sobre el amor. Del amor hay diversas opiniones que han surgido a lo largo de la historia.
Todos podemos opinar y contar experiencias, pero ¡es tan difícil de describir y de encontrar verdaderamente!

Los filósofos a lo largo de la historia han mostrado diferentes opiniones. Platón decía que el amor consistía en sentir que el ser amado temblara en el ser querido; más tarde, en la Edad Media se pensaba en un amor a Dios y a través de él al resto de personas, y que el amor con pasión era un pecado.

Hay muchas definiciones de este sentimiento, pero aún no he encontrado una que lo explicara perfectamente.
Como ya he dicho los sentimientos y la forma de ver las cosas va cambiando a lo largo de la historia, debido a los acontecimientos.
En la actualidad el amor de pareja lo vemos como pasión (s. XIX, XX y sobre todo XXI) como en “El amante” de Marguerite Duras. La protagonista cree en la pasión sobre todas las cosas, pero también en la pasión no correspondida, el olvido de la pasión: “Ya no guardo en mi mente el perfume de su piel ni en mis ojos el color de sus ojos. Ya no me acuerdo de la voz, salvo a veces la de la dulzura con la fatiga de la noche. Ya no oigo la risa, ni la risa ni los gritos. Se acabó, ya no lo recuerdo”. (p.39-40)

Otro claro ejemplo del amor-pasión es el que vemos en “An Education”, película de Lone Scherfig, en la que, como diría Platón “enamorarse es el afán de engendrar en la belleza según el cuerpo y según el alma”. En esta película la belleza hace el amor, pero también engaña.
Las pasiones que Jenny tiene, David las satisface, pero no es amor de verdad porque éste perdura, no se pierde cuando cambia el ser amado (Personalidad, físico,…) o cuando se le quita el encanto que en este caso sería la virginidad.
Jenny en “An Education” se siente igual que Marguerite en “El amante” antes de conocer respectivamente a sus amantes. Marguerite dice algo así como “Nunca he escrito queriendo hacerlo, nunca he amado, creyendo amar, nunca he hecho nada salvo esperar delante de la puerta cerrada”. p.36

Respecto del amor entre padres e hijos, la visión que tenemos en la actualidad es una visión de ternura; este sentimiento lo vemos perfectamente en la película de Juan José Campanella “El hijo de la novia”. El amor que demuestra el hijo hacia la madre es increíble, pero aún lo es más, el amor del padre hacia la madre enferma, porque como he aprendido, el amor no entiende de edades ni de formas.

Otra clase de amor con ternura lo podemos encontrar en “El hombre elefante” de David Lynch. John Merrick lo tiene hacia su madre, y también lo ofrece a las personas que lo rodean. Sin embargo, él está triste porque no se siente en un principio amado por nadie hasta que conoce a personas como el señor Treves que le ayudan a ser feliz y alegre, porque sentirse amado es sentirse alegre.

Todo lo contado hasta ahora es un claro ejemplo de que necesitamos amor y sentir pasiones para sentirnos vivos, porque como leí en el libro de Javier Sádaba necesitamos existir, pero también ser amados porque si no, no se existe del todo.
Al contrario de lo que Aristóteles pensaba (amor sin pasión) mi opinión es que el amor sin pasión es algo vacío o no completamente lleno.

Al igual que decimos que el amor sin pasión no es nada, me atrevería a decir que las pasiones solas tampoco nos conducen a nada. Y todos los sentimientos o casi todos van acompañados de pasión porque como Hegel dijo “Nada importante se ha hecho sin pasión”.

Por muchas cosas que haya leído o haya visto cmo han sentido los demás; por mucho que no se crea en el amor como pasión o se crea en el amor a Dios, yo he sacado mis propias conclusiones y creo que toda esta información me ha servido para pensar que no podemos vivir sin expresar sentimientos; no los aprendemos, directamente los demostramos y, a veces, incluso sin saberlo. Los sentimientos son todo: aparecen en cada gesto, en cada frase, en cada mirada,… Ellos están siempre con nosotros.
Al igual que los sentimientos, las pasiones están ahí acompañándolos. Y aunque esté en todos, donde más pasión vemos es en el amor, al que igual que en el libro de Javier Sádaba, yo lo describo como sexualidad más afecto.
El amor siempre estará ahí surgiendo generación tras generación y estará hasta hacernos enloquecer, incluso morir. “Hasta morir de ese amor misterioso de los amantes sin amor”.( p.114). Y aunque en la realidad no sea tan radical, siempre hay una parte de nosotros que muere si no tenemos amor.

Gracias por leer estas líneas mal escritas en las que expreso mi forma de sentir y algunas formas que se han dado a lo largo de toda la historia de la humanidad.

Un beso.

Celia Llorente.

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